Escrito por 11:06 Comunicados, Destacado

La importancia de la formación en hostelería

Compartir

Llega septiembre y con él la vuelta al cole, a los estudios y a formarse. El sector de la hostelería es uno de los más punteros en nuestro país, algo que se refleja en los datos económicos anuales.

Además, como el resto de sectores, éste en particular se encuentra en constante transformación, lo que hace que los profesionales del sector deban adaptarse, reciclarse y formarse para poder ofrecer todas las mejoras y un servicio de calidad a sus huéspedes. Para poder mantenerse en el negocio es importante sobresalir por encima del resto de establecimientos, diferenciarse a través de un servicio de calidad único y excelente. ¿cómo lo conseguimos? Con la formación del personal.

Como ocurre en otros sectores de actividad, es importante que dependiendo de la ocupación de la persona ésta deberá realizar formación específica que la capacite para desarrollar sus funciones. Con ello, podemos asegurar que la formación tanto en el sector de la hostelería como en el de la restauración es imprescindible para conseguir que un establecimiento funcione a la perfección. Además, se conseguirá distintas titulaciones que acreditarán los conocimientos recibidos y las aptitudes alcanzadas por cada profesional. De este modo, llevar a cabo formación nunca es un tema banal, ésta favorece la mejora en el conocimiento y las habilidades, lo que permite que la persona que ha sido formada sea capaz de resolver los problemas que se encuentran en el día a día. Entre las principales mejoras que podemos destacar están:

  • Conocer nuevos productos y tendencias, el sector de la hostelería va cambiando de manera continua, los consumidores cada día demandan nuevas tendencias y nuevos productos.

  • Ampliar la clientela, esto será posible gracias a la formación en idiomas de los trabajadores, además de poder conocer las distintas costumbres para facilitarles una estancia más agradable.

  • Poder adaptarse a nuevos consumidores, las alergias, las decisiones personales, cada día existen más variedad de comensales, celiacos, vegetarianos, veganos, ecológicos, crudivoristas…por lo que es importante que parte del servicio del establecimiento conozca cuáles son las necesidades de cada uno de ellos y ofrecer la mejor respuesta.

  • Manejo de los utensilios: en cualquier establecimiento existen instrumentos complejos que son indispensables, cuando el personal del establecimiento cuenta con formación sobre su uso se conseguirá un aumento de la productividad, al tiempo que se evitará el deterioro de estos instrumentos.

  • Seguridad laboral: con la formación también mejoramos el bienestar laboral de los trabajadores. Formando a los trabajadores en hábitos saludables relacionados con su actividad, postura corporal, elección de clazado, aprendizaje de técnicas para gestionar el estrés, movimientos y posiciones corporales a evitar…, evitaremos bajas innecesarias.

  • Mejor ambiente de trabajo, destacar que siempre que los trabajadores aumentan sus capacidades pueden promocionarse y así mismo desempeñar de mejor manera su trabajo lo que favorece el ambiente.

En este sentido, para el empresario invertir en formación no será un gasto sino una inversión, ya que contar con un equipo bien formado hará que el cliente reciba un mejor servicio y, por lo tanto, esto se verá reflejado en los resultados finales.

Sin embargo, históricamente, se ha considerado un tema menor, al ser apreciado como un gasto, y no como una inversión. No obstante, de manera tímida, está comenzando a vislumbrarse un cambio de vertiente, cada vez son más organizaciones empresariales que contemplan llevar a cabo acciones adicionales en promoción y difusión de la formación profesional, orientada tanto a la mejora de las competencias en el desempeño del puesto de trabajo, buscando la mayor competitividad de las empresas.

En España contamos con multitud de cursos, ya sean enfocados a cocina, servicio de mesa, mantenimientos, pero con la aparición de la COVID-19 han surgido nuevos cursos, en la siguiente tabla, llevada a cabo por FUNDAE, podemos visualizar algunos de los que más participación han tenido:

Según analizan desde Fundae, la COVID-19 también modificó las pautas de formación, n el año 2020, 299.727 empresas realizan formación en el contexto del sistema de bonificaciones. Esta cifra supone un importante descenso de empresas que realizan formación en el contexto del sistema de bonificaciones que se sitúa en el volumen de empresas formadoras de 11 años atrás.

Respecto a 2019, hay 40.119 empresas formadoras menos, 11,8% de descenso, de las que un 80% son microempresas de 1 a 9 trabajadores. También desciende la presencia en el sistema de las pequeñas empresas y de las medianas empresas. La evolución negativa, sin embargo, no se constata entre las grandes empresas a partir de 250 trabajadores que incrementan su participación en la formación bonificada.

La pérdida del 14,2% de microempresas formadoras en el año 2020 acelera el distanciamiento de la formación bonificada que se viene produciendo por parte de este segmento empresarial, con saldos negativos de participación desde 2014. Las pequeñas empresas y las medianas empresas, sin embargo, habían obtenido saldos positivos de participación en los últimos ejercicios, lo que hace más significativa la incidencia negativa de la pandemia en su actividad formativa. En concreto, la reducción del 8,4% de las pequeñas empresas supone, en términos absolutos, una pérdida equivalente al número de pequeñas empresas que se habían sumado a la formación bonificada en el trienio anterior. Para las medianas empresas, el saldo negativo de 739 empresas formadoras supone la pérdida de ocho de cada diez empresas que se habían sumado a la formación en 2019. Todas estas circunstancias tienen su reflejo en el retroceso de la tasa de cobertura formativa que pasa del 19,8% en 2019 al 17,4% en 2020. El número de entidades externas que han organizado formación realizada en el año también se reduce, situándose en 5.515: 6,7% menos que en 2019.


Compartir
Close